Billy Hatcher and the Giant Egg
Autor: ORD, 2-11-2005

Si Billy llega a saber que iba a acabar en un mundo habitado por aves, enfundado en un ridículo disfraz y empujando huevos gigantes, seguro que se lo piensa dos veces antes de salvar al polluelo del ataque del cuervo.

Plataforma: Game Cube Tipo de juego: Plataformas Desarrollador: Sonic Team Editor/Distribuidor: Sega Nº de jugadores: 1 - 4 Versión: PAL Año: 2003 Disponibilidad: A la venta en España

El País de la Aurora es un territorio pacífico habitado por pollos. Un día, un terrible sino cayó sobre sus tierras. Cuervos negros, extraordinariamente poderosos gracias a algún tipo de magia, aparecieron como feroces monstruos intentando mantener al mundo en una noche perpetua. Los Sabios Pollos del País del Aurora, cuyas voces hacen salir el sol cada día, fueron capturados y encerrados en huevos de oro. Sin sus cantos al alba, el mundo permanecerá sumido en las tinieblas y los corazones de los hombres serán consumidos por el mal. Ahora sólo el joven Billy Hatcher y sus amigos, provenientes de la dimensión humana, pueden derrotar a los cuervos, liberar a los sabios y devolver el amanecer al mundo.

Los programadores de Sega emplearon una evolución del motor gráfico originario de Sonic Adventure 2 para dar vida a Billy Hatcher con lo que es fácil el hacerse una idea aproximada de lo que se va a encontrar uno al ponerse delante del juego, que goza de la solidez que le aporta dicho "engine" pero que también se ve lastrado por ciertos defectos del mismo, mucho menos perdonables en GameCube que en Dreamcast, una máquina casi tres años más antigua. Entre estos últimos podemos encontrar la materialización súbita, a una discreta distancia de la cámara, de algunos elementos (ítems, cajas, aros...) presentes en los escenarios, no es demasiado evidente ni llega a molestar en modo alguno, pero ahí está. Los decorados están bien resueltos a pesar de no contar con una extensión exagerada y sus texturas son nítidas y variadas. Tanto protagonistas como enemigos lucen un "look" completamente desenfadado (infantil dirán algunos), mucho más que en cualquier juego de Sonic, que hace simpatizar todos ellos, hasta con los cuervos, fácilmente. Unas animaciones cumplidoras culminan un sobrio y eficiente apartado gráfico que palidece al lado de los juegos más avanzados, tecnológicamente hablando, de la 128 bits de Nintendo, fundamentalmente por su modesta cuenta poligonal en comparación con estos.

El sonido, sin lugar a dudas el aspecto más controvertido del juego, concretamente lo es la música, que cuenta con un estilo un tanto... peculiar, por decirlo de algún modo. Puestos a buscarle algún parecido tal vez se pudiera establecer cierto paralelismo con las canciones que se podían oír en la edición española de Barrio Sésamo de los años 80. Realmente está muy acorde con la estética del juego, aunque hay quien piensa que oírla es peor que la muerte. Los protagonistas son prácticamente mudos más allá del "let's go" al iniciar la fase y el "good morning" al acabarla, un cambio sorprendente con respecto a los últimos plataformas del Sonic Team. Los efectos sonoros son decentes pero poco originales.

Los verdaderos protagonistas, sobre los que gira este plataformas, son los huevos, sin ellos Billy y sus amigos están virtualmente indefensos; no solo serán incapaces de atacar a sus enemigos, sino que además serán más lentos y saltarán menos, por paradójico que pueda parecer. Afortunadamente este vital elemento es muy abundante en todas las fases del juego y si se pierde por cualquier circunstancia no entraña problema alguno el hacerse con otro. El objetivo final de todo huevo en la vida real es acabar rompiéndose para que algo salga de él y en Billy Hatcher no iba a ser menos, aunque para incubarlos no haya que sentarse encima de ellos precisamente, más bien al contrario, hay que hacerles recorrer bastante distancia para que se "alimenten" con las frutas que hay repartidas por el escenario o las que sueltan los cuervos al ser derrotados para que gracias a ellas vayan aumentando de tamaño. Una vez éste haya llegado al máximo, un simple cacareo de Billy lohará eclosionar y obtendrá su premio que, dependiendo del tipo de huevo incubado, puede ir desde un animal que lo ayude en sus batallas, un ítem que aumente sus capacidades o restaure vida o... nada. Como se puede ver es un sistema de juego bastante sorprendente, que engancha al jugador en las primeras partidas con suma facilidad, aunque una vez se acaba la novedad su capacidad de atracción decae un tanto.

En cuanto al GOD en general, sucede más o menos lo mismo. Empieza con fuerza pero se hace repetitivo demasiado rápidamente debido a la similitud entre los objetivos de los niveles que conforman la aventura principal, a ello contribuyen también las deficientes cámaras y unos fallos puntuales de física entre el personaje y el huevo que maneja, especialmente en los bordes de las plataformas y en los raíles, defectos estos que en las últimas fases pueden llegar a hastiar en demasía al usuaio. Competencia no le falta en GameCube, aún así, resulta una alternativa válida una vez finalizados los "intocables" del género.

Las siete fases de las que consta el juego se dividen en 8 niveles cada una, 5 a jugar con Billy y las otras 3 con sus compañeros, una con Rolly, una con Chick y una con Bantam, estando estás últimas accesibles sólo después de rescatar a estos personajes. En total, la friolera de 56 niveles, aunque tan solo 13 obligatorios para obtener el Huevo Gigante, lo que vienen a ser unas 3 horas de juego aproximadamente sin contar los reintentos de rigor. Realmente no resultaría una buena forma de amortizar la compra dedicarse solo a ellos, dejando de lado más de 40 niveles y un modo multijugador por explotar.

TÉCNICA 7 GRÁFICOS 8 SONIDO 7 JUGABILIDAD 8 DIVERSIÓN 7 DURACIÓN 8 TOTAL BUENO Media de los lectores: 8.0 Puntuar el juego Otros análisis: No hay más análisis Sobre las puntuaciones Lo mejor: Un sistema de juego novedoso. Lo peor: Las cámaras. Poca variedad de objetivos.