Shadow the Hedgehog
Autor:
ORD,
11-4-2006
Mediocre debut de Shadow como protagonista absoluto de un videojuego que fue utilizado como banco de pruebas por Sega.
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Plataforma:
Xbox
Tipo
de juego: Plataformas/Acción
Desarrollador:
Sonic Team (Sega Studio USA)
Editor/Distribuidor:
Sega/Atari |
Nº
de jugadores: 1 - 2
Versión:
PAL
Año:
2005
Disponibilidad:
A la venta en España |
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A las afueras de Westopolis una figura meditabunda reflexiona sobre sus orígenes y su imposibilidad de recordarlos con claridad. Se trata Shadow el erizo, la forma de vida definitiva surgida hace 50 años de un proyecto militar secreto. Aún estaba sumergido en sus pensamientos, cuando el cielo sobre la ciudad se oscurece y de él descienden unas criaturas negras de origen alienígena, conocidas como los Black Arms, con la intención de invadirla. A los pocos segundos, ante Shadow se materializa un holograma de Black Doom, el líder de los extraterrestres, dirigiéndose a él con una extraña familiaridad, le reclama que busque para él las siete esmeraldas del caos como había prometido una vez. El erizo, todavía perplejo por los conocimientos que sobre él parece tener Black Doom, se pone en marcha dispuesto a desenterrar de una vez por todas la totalidad de sus recuerdos.
Visualmente este título guarda un gran parecido con Sonic Adventure 2, lo cual no sería necesariamente malo a poco que se hubieran superado algunos de los defectos de ese motor, más evidentes hoy que en 2001. En determinados aspectos, efectivamente, sí se ha producido cierta evolución, fundamentalmente en los personajes principales, que muestran un aspecto ligeramente mejorado, con un discreto aumento del número de polígonos y un mejor tratamiento de sus texturas, pero en otros, como puede ser la aparición súbita de diversos elementos en los escenarios, no se ha avanzado en absoluto, mostrando una distancia de dibujado de los mismos muy similar a la del clásico de Dreamcast, defecto éste que, en un juego donde prima la velocidad, urgía erradicar. Lo hasta ahora comentado podría deberse a la falta de tiempo o de interés de los desarrolladores, sin embargo, se produce un hecho que realmente hace dudar de la pericia de los mismos, como son los pasos atrás dados en pequeños detalles; de tal modo que nos encontramos con sombras circulares, secciones de decorados con texturas un tanto borrosas y algunas ralentizaciones o pérdidas de "frame rate" en momentos puntuales. Sin dejar de ser esto poco más que una anécdota no dice mucho en favor del esfuerzo de los programadores a la hora de depurar los gráficos. Consideraciones técnicas al margen, Shadow the Hedgehog luce el típico "look" de los Adventure resultando la temática de muchos niveles reciclada de las producciones de dicha serie: la estación espacial ARK, el interior de un volcán, autopistas, antiguas ruinas, instalaciones militares... la adición más importante desde el punto de vista estético la suponen las fases en el... ciberespacio, por decirlo de algún modo, que cuentan con una apariencia fuertemente inspirada en la película Tron.
Lo más llamativo en lo que concierne al apartado sonoro ha sido la sustitución del que hasta ahora venía siendo el reparto habitual de la saga Sonic en su doblaje en lengua inglesa para ser sustituido por las voces de la serie de animación Sonic X. Hay que decir que, pese a que el protagonista del juego, Shadow, cuente con un tratamiento más afortunado que el resto de personajes, los debutantes no consiguen mejorar el trabajo realizado por sus predecesores. Si algún usuario desea escuchar las voces en japonés no le quedará más remedio que configurar la consola en dicho idioma, pasando los textos del juego a estar también en él en vez de en español. Donde no hay sorpresas es en lo relativo a efectos sonoros y música, apenas nada ha cambiado, salvo que tal vez ahora algunas melodías muestren todavía mayores influencias electrónicas que en anteriores entregas, aunque esto no resta un ápice de eficiencia al trabajo de Jun Senoue y compañía.
Uno de los mayores reclamos de Shadow the Hedgehog, o al menos una de sus características más publicitadas, era la posibilidad de tomar partido por uno u otro bando en el conflicto entre alienígenas y terrestres que dirimiría el destino del planeta. Esta capacidad de elección se ha visto materializada en un esquema de fases con varios ramales, similar al plano de rutas que se puede ver en OutRun, por poner un ejemplo conocido por todos, que le permitirá configurar su recorrido como desee dependiendo de las decisiones que tome en cada fase. Partiendo de un primer nivel inicial común, las acciones del erizo lo encaminarán bien a la parte superior del cuadro si se alinea con los Black Arms y decide cumplir las misiones que le encomiendan, o a la inferior si lo hace con Sonic y su cuadrilla y decide ayudarles; si Shadow decide mirar por sus propios intereses e ir a su aire (camino más sencillo porque sólo obliga a llegar al final de cada escenario) acabará en el centro. Un personaje representativo de la facción que se haya elegido acompañará al erizo durante la fase.
Aparte del sistema de elecciones hay otro par de novedades en el campo jugable a destacar. La más llamativa de ellas es el uso de armas, tanto para la lucha cuerpo a cuerpo (espadas, antorchas, señales de tráfico...) como para los tiroteos, si bien estas últimas son notablemente más útiles, siempre que se entiendan como un mero apoyo de la jugabilidad tradicional y no como un sustituto de ésta, ya que no han sido concebidas para tal fin, baste decir que las más comunes, de tipo pistola, apuntan de forma automática a los objetivos, ni su control es lo suficientemente preciso como para ello. Además de poder portar este arsenal Shadow también tendrá a dos clases de ataques especiales: Chaos Control y Chaos Blast. Cada uno de ellos tiene su correspondiente barra y se podrán activar cuando ésta esté llena, cosa que se consigue realizando acciones "bondadosas” en el primer caso o bien "malvadas" en el segundo, a lo largo de cada nivel. Chaos Blast provoca que el protagonista emita una onda de energía de 360 grados que barra todo lo que se encuentre en un rango de 20 metros, mientras que Chaos Control hace que éste avance a toda velocidad (de forma automática) por la fase en la que se encuentre durante unos pocos segundos, su uso, si se pretende cumplir la tarea asignada por alguna de las partes en conflicto en vez de ir por libre, resulta bastante poco recomendable ya que puede hacer que se pasen por alto partes del nivel que conviene investigar, obligando a retroceder posteriormente. El uso de vehículos (o animales) no pasa de ser algo casi anecdótico, con excepciones concretas como puede ser el nivel de acceso al ARK, todo un homenaje a Panzer Dragoon, o el asalto a la base del ejército GUN, aparte de ya estar presente en cierto modo en anteriores capítulos de la saga.
A pesar de las novedades mencionadas en el párrafo anterior este título no deja de ser, en esencia, un Sonic Adventure o al menos un sucedáneo de los mismos, si se quiere ser más crítico. Realmente no corrige ninguno de los defectos clásicos que se pueden encontrar en esa familia de juegos, la cámara continúa siendo más peligrosa que una horda de fieros androides de Robotnik y los "homing attacks" darán muchas más veces de la que sería razonable con los huesos del héroe en algún abismo sin fondo, por mencionar dos de las taras más habituales. Lamentablemente los diseños de los escenarios, menos lineales de lo que parecen en un principio, carecen de la brillantez de los de antaño, y escudriñarlos atentamente para cumplir las tareas encomendadas por una u otra parte no resulta tan entretenido como debería, aunque tampoco una tortura. Lo que sí ha cambiado con respecto a los Adventure ha sido la dificultad, que ha pegado un bajón considerable (no se pierden todos los anillos al ser atacado, los puntos de control hacen las veces de teletransporte a lo largo de la fase una vez han sido superados...) globalmente hablando, no deja de ser curioso que el juego con el perfil menos "infantil" de la serie sea el que, desde ese punto de vista, esté mejor adaptado a los más pequeños.
El "árbol" de fases de Shadow the Hedgehog está compuesto por 22 niveles (más uno extra), aunque sólo es necesario recorrer seis de ellos para llegar a uno de los diez finales (parciales) disponibles, unas 2 ó 3 horas de tiempo absoluto para cada uno de ellos dependiendo de su dificultad. Para acceder al final real del juego es necesario haber visto todos los parciales, lo que significa superar 60 fases en total, con tan solo 22 recorridos distintos disponibles... realmente la calidad del título no es la suficiente como para que la mayoría de jugadores acepten la invitación a semejante esfuerzo. Una vez agotada la aventura principal para un jugador, siempre queda la posibilidad de disfrutar de un, limitado, eso sí, "death match" para dos jugadores con tres arenas disponibles; números demasiado bajos ambos para los tiempos que corren.
La primera aventura de Shadow en solitario ha resultado una producción a medio cocinar, con un puñado de ideas buenas, de cierto potencial, cuya inclusión no se hubiera posiblemente ni planteado de ser Sonic el protagonista. El problema viene tanto con la puesta en práctica de algunas de esas ideas como con la realización del juego en sí misma. Desde el punto de vista empresarial es lógico que un universo tan extraordinariamente rentable, económicamente hablando, como el del erizo azul, no se deje en barbecho y siempre se estén produciendo nuevas entregas del mismo, pero esto no debe de ser incompatible con el mantenimiento de cierto "capital" de imagen de calidad de la franquicia; desafortunadamente algunos de sus últimos capítulos lo han dilapidado en exceso pese a no ser malos juegos.
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TÉCNICA
6 GRÁFICOS
7 SONIDO
7
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JUGABILIDAD
6 DIVERSIÓN
6
DURACIÓN
7 |
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Lo
mejor:
Los argumentos entrelazados que proporciona la disposición de los niveles.
Lo
peor:
Técnicamente no debería de haber nada que fuera peor que en 2001. |
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