Yakuza
Autor:
ORD,
8-6-2008
En el submundo tokiota solamente hay una forma de hacerse respetar entre falsificadores, mafiosos, asesinos y demás escoria... siendo como un dragón.
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Plataforma:
PlayStation 2
Tipo
de juego: Beat'em up/Aventura
Desarrollador:
New Entertainment R&D
Editor/Distribuidor:
Sega |
Nº
de jugadores: 1
Versión:
PAL
Año:
2006
Disponibilidad:
A la venta en España |
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Hace diez años el hombre conocido como el dragón de la familia Dojima, Kazuma Kiryu, un personaje respetado en los bajos fondos de Karumocho, cargó con la vergüenza y el deshonor de un crimen que no había cometido. Tras una década entre rejas, vuelve a las calles para descubrir que ha sido traicionado y que su clan yakuza está al borde del colapso debido a la misteriosa desaparición de 10.000 millones de yenes en la que de algún modo parece estar involucrada la que fuera su chica antes de estar en prisión, Yumi.
El mayor atractivo visual con el que cuenta Yakuza son sus llamativas escenas cinemáticas generadas con el motor del juego, que muestran unos personajes soberbiamente modelados, especialmente sus rostros, y unas animaciones faciales de gran categoría. En la parte jugable ya es posible apreciar un pequeño bajón a nivel gráfico, aunque siempre manteniendo una calidad considerable. Las calles de Karumocho están pobladas por decenas y decenas de personas, bastante "acartonadas" todo hay que decirlo, y el aspecto de los diversos distritos con sus tiendas, bares, casinos y demás centros de ocio y perversión es notable. Poder pasearse por el barrio entre la muchedumbre sin bajones de frame rate acusados es una experiencia de lo más reconfortante y aún lo sería más si de cuando en cuando, especialmente en los cambios de plano, algunos transeúntes no aparecieran y desaparecieran de forma puntual. Posiblemente para evitar evidenciar la mácula anteriormente mencionada, se ha privado al jugador de la posibilidad de mover la cámara libremente durante las secciones de aventura, estando esta controlada desde unos determinados ángulos independientemente del movimiento de Kazuma, lo que puede llegar a dar lugar a escenas un tanto surrealistas, como recorrer no pocos trayectos teniendo en pantalla lo que el protagonista deja a su espalda en vez de hacia donde se dirige.
A pesar de la polémica que rodeó al doblaje al inglés del DVD, el trabajo realizado por los actores, algunos de ellos tan conocidos como Mark Hamill o Michael Madsen, es más que correcto, especialmente el de Darryl Kurrylo, el doblador que da vida al protagonista. Durante los paseos por el barrio habrá un sonido ambiente que tiende a hacerse pesado a los poco minutos, al igual que sucede con las músicas durante las peleas, que resultan entretenidas las 3 ó 4 primeras veces, pero que debido a su escaso repertorio enseguida caen en la repetitividad.
El sistema de juego, su estructura, debería de crear escuela entre los beat'em up que salgan al mercado durante los próximos años, pues es una buena muestra de como adaptar el género a un público que ya se ha olvidado de él. Porque eso es justamente lo que es Yakuza, un arcade de tortas en la línea de los clásicos Final Fight, Streets of Rage o Double Dragon, evolucionado y refinado, tanto que casi parece querer ocultar lo que es, pero siendo fiel a sus ilustres predecesores. Las prematuras comparaciones con títulos como Grand Theft Auto o Shenmue, cuyas posibles similitudes con las andanzas de Kiryu son meramente accesorias, se muestran carentes de sentido ya durante la primera hora de juego.
Exceptuando en los momentos iniciales de la aventura, Kazuma puede desplazarse libremente por Karumocho y entrar en los locales que están coloreados en el mapa. Entre ellos habrá restaurantes o cafeterías donde reponer la barra de vida, tiendas y farmacias en las que comprar ítems e incluso algún que otro Club Sega; también habrá otro tipo de establecimientos, de dudosa reputación, como los bares de alterne en los que el protagonista podrá olvidar a Yumi por unos instantes e intentar ligar con las chicas que allí trabajan, actividad que de tomarse un poco en serio, llevará tiempo y dinero, ingentes cantidades de dinero, aunque este pequeño problema puede resolverse con una visita a los casinos y demás centros de apuestas, ya sean legales o clandestinos. Mientas se recorre la ciudad es posible ir "desfaciendo entuertos" (las personas con las que se puede hablar están señalizadas con un triángulo verde) entre sus habitantes, la mayoría de las veces a mamporro limpio. Algo que sorprenderá al principio, es que no es necesario avanzar en la historia o buscar misiones secundarias para meterse en líos, ya que mientras se camina por las calles irán surgiendo encuentros aleatorios, muy en la línea de los RPG's tradicionales, con rufianes de distinto pelaje que intentarán medirse con Kazuma inventándose cualquier excusa peregrina, desde que no les gusta su cara, a que no se puede ir con esa pinta de chulo, con lo cual las trifulcas constantes están aseguradas. Aunque se cuenta con cierto grado de libertad, casi todo lo que sucede está perfectamente estructurado en torno a su argumento, cuya calidad es uno de los mayores alicientes para limpiar de maleantes las cuatro esquinas de la ciudad, una historia negra repleta de traiciones y giros inesperados que atrapará a la mayoría de usuarios.
A pesar de su fama, el Dragón de la familia Dojima, comienza el juego siendo un luchador bastante limitado, con apenas dos o tres combinaciones de golpes o agarres realmente efectivos, afortunadamente Kazuma irá evolucionando y adquiriendo habilidades con los conocimientos que vaya ganando combate tras combate, otro toque de RPG de nuevo. Los puntos de experiencia acumulados se pueden invertir en tres aspectos: Shin, que afecta sobre todo a la barra de furia, de la que hablaremos más adelante; Gi, que permite aprender nuevos movimientos, y Tai, que influye principalmente en la duración del indicador de vida.
Si Yakuza es, al menos en un 80%, un beat'em up ¿qué hay de su sistema de combate? Pues bien, gracias a que, como se ha comentado antes, inicialmente el personaje es capaz de poco más que de hacer la O con un canuto, no resulta nada complicado controlar su manejo y aprenderse sus mecánicas básicas, no muy distintas a las de cualquier otro título del género, siendo así más fácil así llegar a dominar todas las capacidades de Kiryu a medida que vaya progresando. Las armas se muestran como un aspecto capital en las luchas ya desde la primera de ellas, cualquier patán con una katana es un enemigo potencialmente letal mientras la empuñe. Lo que distingue al juego que nos ocupa es que buena parte de su arsenal se sale de lo habitual, por supuesto que no faltarán las tradicionales tuberías, bates, armas blancas o armas de fuego, estas últimas ya bien avanzada la aventura, pero en Yakuza casi cualquier cosa susceptible de ser un arma en un escenario lo es, esa bicicleta aparcada, esa caja de cerveza arrinconada, ese letrero luminoso aparentemente unido de forma sólida al suelo, mesas, sillas, carteles, farolas de jardín... de todo en definitiva; el saber cuando y como emplearlas (el número de usos que soporta cada una es limitado) facilita sobremanera el avance, puesto que llegará un momento en que hasta el chico que le trae el periódico al jefe mafioso de turno sabrá bloquear los golpes directos dados con las manos desnudas, aunque en ningún caso serán imprescindibles. Aparte de la clásica barra de salud existirá otra, la de furia, que se ira incrementando a medida que se conecten golpes a los rivales, al llegar a su parte superior será posible ejecutar brutales acciones sobre la chusma callejera dependiendo del contexto aunque si no se ejecuta unos poco segundos después de haber alcanzado el nivel necesario y se recibe algún impacto ésta bajará.
Ya en el campo de batalla propiamente dicho, las peleas son bastante ágiles, aunque pueden tornarse un tanto embarulladas si los enemigos consiguen rodear al jugador, circunstancia que más que recomendable evitar. El posicionamiento automático de la cámara tampoco es el ideal, aunque en está sección del juego es posible situarla justo detrás de la espalda del protagonista pulsando un botón, opción que no es la panacea pero ayuda bastante, sobre todo a la hora de encarar adversarios esquivos. Excepción hecha de estos dos detalles, la lucha en Yakuza es entretenida y relativamente asequible, apta para casi cualquier tipo de jugador.
En torno a unas 12-15 horas tardará el bueno de Kazuma en descubrir que ha sido de los 10.000 millones de yenes y de su amada Yumi, dependiendo de cuanto tiempo pierda vagando por la ciudad o cumpliendo misiones secundarias. Tras llegar al final de la historia, se desbloqueará la llamada "Caja Premio" que dará acceso a tres nuevas modalidades de juego, bueno realmente sólo dos puesto que una de ellas será el poder ver todas las cinemáticas. De las restantes, "Resumen de Aventura" consiste en comenzar de nuevo en Karumocho, pero sin seguir el argumento principal, pudiendo dedicarse el jugador solamente a las subtramas o a buscar eventos que se haya perdido; mientras que "Resumen de Batalla" propone una serie de enfrentamientos con rivales aparecidos en el juego bajo unas normas especiales.
Yakuza, sin ser ni mucho menos perfecto, ha abierto un interesante camino dentro de su género, está por ver si creará escuela o caerá en el olvido cuando la saga de los Kiryu coja el retiro. Sería una auténtica lástima.
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TÉCNICA
8 GRÁFICOS
9 SONIDO
7
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JUGABILIDAD
8 DIVERSIÓN
8
DURACIÓN
9 |
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Lo
mejor:
La historia. Un soplo de aire fresco en su género.
Lo
peor:
La cámara es traicionera en ocasiones. |
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