Yakuza 3
Autor: ORD, 21-12-2010

La saga Yakuza se estrena en occidente en la actual generación de consolas con el tercer capítulo "canónico" de la misma tras Kenzan, el spin-off ambientado en el periodo Edo que no salió de Japón.

Plataforma: PlayStation 3 Tipo de juego: Beat'em up/Aventura Desarrollador: CS1 Editor/Distribuidor: Sega Nº de jugadores: 1 Versión: PAL Año: 2010 Disponibilidad: A la venta en España

Kazuma Kiryu, el dragón de la familia Dojima y cuarto presidente del clan Tojo, ha dado un giro a su vida de 180 grados. Buscando alejarse del mundo de la mafia japonesa se ha retirado a Okinawa y ha abierto un orfanato para cuidar a los niños que, al igual que él en su momento, han perdido a sus padres. A pesar de dedicarse a tan loables menesteres, Kazuma no tarda en volver a tener que usar sus puños cuando una familia yakuza local intenta expulsarlo de las tierras que ocupa su inclusa. Lo que arranca como un problema menor se irá complicando hasta llevarlo de nuevo a Kamurocho, su antiguo barrio, encontrándose allí con viejos amigos y nuevos enemigos.

Como era de esperar Kamurocho luce mejor que nunca bajo el hardware de PlayStation 3. El regreso del conflictivo barrio tokiota viene acompañado de unas calles mucho más pobladas y detalladas, logrando una sensación en ocasiones casi de agobio debido a las dificultades que hay para avanzar entre el gentío, impresión que se ve incluso acentuada más si cabe en los mercados de Okinawa durante la hora punta. Los personajes principales lucen de forma soberbia durante las secuencias de vídeo generadas por la consola, con una cantidad y variedad de expresiones apabullante, mostrando algunos efectos muy vistosos como el autosombreado, que a pesar de no ser perfecto, contribuye a aumentar el realismo de los mismos. Ya en el juego propiamente dicho, los protagonistas no lucen de forma tan sumamente impoluta, pero siguen teniendo una apariencia de lo más convincente, aunque con algunos puntos débiles, siendo más evidente las animaciones de Kazuma, que no parecen haber evolucionado demasiado desde Yakuza 2. El salto de generación se deja notar en varios aspectos, como puede ser la mejor integración entre las peleas y la exploración, eliminando las pantallas de carga, sin embargo aún se conservan vestigios de épocas pasadas como cierto pop-up o algunas ralentizaciones. Si ser del todo perfecta visualmente la tercera incursión de Kiryu y compañía en las consolas occidentales cumple sobradamente a la hora de crear una ambientación creíble para los tejemanejes del hampa japonesa.

Si las, en ocasiones, largas secuencias dialogadas con las que cuenta en juego no se hacen pesadas es gracias principalmente al descomunal trabajo de los actores de doblaje, con alguna excepción como ciertas voces de los niños del orfanato, la actuación es difícilmente mejorable y consigue transmitir perfectamente las emociones de cada uno de los personajes. Por su parte la banda sonora alterna momentos de buen nivel con otros en tono menor y de escasa presencia. Los efectos sonoros parecen reciclados de los pasados juegos.

Como suele suceder en las series con entregas (casi) anuales, se mantiene la estructura de lo visto en los dos anteriores juegos, una aventura con cierta libertad para vagar por la ciudad en la que se esté, pero conservando una linealidad en los acontecimientos que permita seguir la historia (en esta ocasión particularmente enrevesada) de forma coherente. Por supuesto Kazuma sigue fiel a su estilo, y casi todas las situaciones trascendentes en las que se ve envuelto se resuelven a base de zurrar al que se le ponga por delante. No faltan las abundantes misiones secundarias ni nuevos minijuegos, aunque algunos de los anteriores se han perdido, siendo la baja más significativa la de los bares de alterne.

El sistema de combate apenas ha variado, un control no demasiado exigente para que cualquier jugador pueda defenderse con garantías, pero con posibilidades crecientes a medida que el protagonista gana experiencia en los combates y domina nuevos movimientos, aunque algunos de estos últimos se aprenderán de algunos maestros repartidos por el juego o sacando fotos a acontecimientos curiosos que sucedan en la calle.

El nuevo rumbo que ha dado a su vida Kiryu como regidor de un hospicio, lejos de ser un mero artificio argumental tiene su incidencia jugable en las primeras horas de aventura, más pausadas de lo habitual en la saga, con la acción relegada a un segundo plano, cediendo el protagonismo a la presentación de los huérfanos y a la resolución de los pequeños problemas que le surgen en el día a día a Kazuma como tutor de un puñado de críos. Tras el primer viaje a Kamurocho y con él la vuelta a los ambientes mafiosos del clan Tojo, se recupera el ritmo alto característico de los anteriores juegos, donde las peleas surgen por doquier.

Yakuza 3 sigue siendo tan entretenido como sus predecesores, contando además con un acabado técnico lógicamente superior, una historia interesante y decenas de cosas por hacer al margen de la trama principal. Su duración se puede estimar en unas 20 ó 25 horas, hasta tres veces más si se pretende completar todo lo que el Blu-ray ofrece al 100%. Tal vez los desarrolladores deberían de plantearse a medio plazo una remodelación más profunda del sistema de juego antes de que comience a dar síntomas de agotamiento, pero hasta que ese momento llegue, el dragón de la familia Dojima es sin lugar a dudas una de las apuestas más seguras del catálogo de Sega durante el último lustro.

TÉCNICA 7 GRÁFICOS 9 SONIDO 8 JUGABILIDAD 9 DIVERSIÓN 8 DURACIÓN 10 TOTAL MUY BUENO Media de los lectores: 0.0 Puntuar el juego Otros análisis: No hay más análisis Sobre las puntuaciones Lo mejor: Conserva las virtudes de sus predecesores y pule defectos. Lo peor: El salto generacional se podía haber notado algo más. La escasez de acción durante las primeras horas puede ser mal recibida por los habituales de la serie.