El apocalipsis zombi ha obligado al Dragón de la familia Dojima a cambiar los puños por una automática. ¿Se sienten cómodos Kazuma y su banda con un arma en la mano?
Plataforma:
PlayStation 3 Tipo
de juego: Shooter en tercera persona Desarrollador:
Ryu Ga Gotoku Studio Editor/Distribuidor:
Sega
Nº
de jugadores: 1 Versión:
PAL Año:
2012 Disponibilidad:
A la venta en España
Kamurocho, el distrito rojo de Tokio, nunca duerme, ni tan siquiera bajo un ataque de muertos vivientes. Los zombis comienzan a atestar la calle Asia y la manzana es rápidamente puesta en cuarentena por el ejército, pero ello no parece impedir que nuevas áreas caigan bajo el control de los no muertos. Mientras los ciudadanos intentan huir de la zona, cuatro hombres, encabezados por el legendario Kazuma Kiryu, se presentarán como la última línea de defensa entre ellos y los engendros que asolan el barrio; y no dudarán en emplear los más destructivos métodos para encauzar la situación
A estas alturas, es difícil que la apariencia de las entregas de la saga Yakuza, incluso una tan poco canónica, como ésta, pueda sorprender a los seguidores de la misma. Muy pocos cambios con respecto a las aventuras publicadas en años precedentes, por supuesto los puntos fuertes característicos, como los efectistas primeros planos o las animaciones faciales siguen estando ahí y Kamurocho, tanto sus calles como sus tejados y subsuelos, repiten como teatro de operaciones para Kiryu y compañía, aunque los cambios que experimentan las diferentes manzanas al ser puestas en cuarentena a medida que se extiende la invasión zombi le dan una nueva dimensión a ciertas zonas. Lo que sí varía notablemente es el rendimiento del ya vetusto motor gráfico; los desarrolladores no han sido capaces de adaptarlo a las exigencias del cambio de género dando como resultado notabilísimas caídas de frame rate en cuanto se acumulan explosiones y enemigos, especialmente en los niveles más avanzados.
La interpretación de los actores japoneses que ponen voz a los personajes continúa al nivel que nos tiene acostumbrados, altísimo. No sé puede decir lo mismo de la música, que parece menos brillante y más repetitiva que en ocasiones anteriores.
Aparte de la temática, lo que más llamó la atención de este "spin-off" de la serie Yakuza fue el abandono de la clásica mecánica de beat'em up, que caracterizaba los combates de la saga, en favor de los tiroteos en tercera persona. En principio no parece que se haya salido ganando con el cambio, el manejo de los personajes es menos natural que en anteriores entregas, y las escasas opciones para personalizar el control tampoco ayudan al jugador a sentirse cómodo, aunque con el paso de las horas uno se acaba adaptando. El no poder disparar con el apuntado manual y desplazarse a la vez o los problemas con la cámara son los dos principales hándicaps que se encontrarán los que se enfrenten a Dead Souls tras haber probado algunos otros shooters más pulidos.
Los cuatro personajes jugables: Akiyama, Majima, Goda y Kazuma cuentan cada uno con un arma característica, aunque este arsenal podrá ser ampliado comprando y modificando un buen número de pistolas, rifles, ametralladoras, escopetas y demás, pudiendo ser empleadas la mayoría por todos ellos, lo que permitirá afrontar la recta final del juego con una generosa variedad de armamento.
En algunas de las misiones se unirán a los anteriormente mencionados otros pistoleros, viejos conocidos algunos, nuevas caras otros, de bastante poca utilidad todos. Combatirán codo con codo con el protagonista controlados por la IA, aunque se podrá definir si su actitud será ofensiva, normal, o por contra se quedarán en la retaguardia.
Con tiros o sin ellos, este título no deja de ser un Yakuza, así que los entretenimientos del barrio rojo: salones recreativos, clubes de alterne, salones de mahjong, casinos y demás minijuegos, seguirán presentes en las zonas de Kamurocho que aún no hayan sido precintadas. En ellas se podrá explorar libremente la ciudad como es habitual en la serie, dejando los enfrentamientos con zombis casi en exclusiva para las calles que están más allá de las barreras colocadas por el ejército, compartimentado de un modo un tanto extraño los distintos aspectos del juego.
Como shooter en tercera persona no es un producto que sobresalga entre la amplísima oferta con la que cuenta PlayStation 3 hoy en día; como curiosidad, sólo recomendable para los más acérrimos seguidores de Kiryu y compañía que tengan la necesidad imperiosa de matar el gusanillo hasta la llegada de Yakuza 5.