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Sonic Unleashed
Autor: ORD, 15-12-2008

Tras el patinazo que supuso Sonic the Hedgehog hace dos años, Sega intenta devolver al erizo azul a lo más alto desvelando su lado más oscuro.

Plataforma: PlayStation 2
Tipo de juego: Plataformas/Acción
Desarrollador: Sonic Team (GE1)/Dimps
Editor/Distribuidor: Sega
Nº de jugadores: 1
Versión: PAL
Año: 2008
Disponibilidad: A la venta en España

Robotnik al fin se ha salido con la suya, tras años y años de amenazas ha hecho el mundo pedazos... literalmente. Empleando la energía extraída de las esmeraldas del caos que portaba Sonic, el doctor ha disparado un rayo al planeta desde su nave espacial que ha separado los siete continentes, dejando al descubierto el núcleo del orbe y despertando con ello a Dark Gaia, una colosal bestia mitológica con la que Eggman espera dominar el universo. Sin embargo hay un efecto secundario no previsto por el científico, la proximidad de Sonic a las esmeraldas cuando estas perdieron su poder ha desatado el lado oscuro del erizo, que se transforma en un aterrador licántropo de considerable tamaño y fuerza descomunal al caer la noche. En esta tesitura al, por lo menos de día, veloz héroe no le quedará más remedio que intentar unificar de nuevo las placas tectónicas y frustrar por enésima vez los planes de Robotnik para volver a la normalidad.

Visualmente hablando Sonic Unleashed no es un juego que gane en las distancias cortas, un vistazo al detalle del modelado protagonista en sus dos encarnaciones es bastante desalentador, sin apenas mejoras con respecto a títulos de la misma serie bastante más antiguos, y en general las texturas tampoco aguantan demasiado bien un examen detenido, temblores puntuales incluidos. Afortunadamente el motor gráfico responde bien en los desafíos más importantes en este juego: mantener la fluidez y la velocidad en los niveles tradicionales y ante la acumulación de enemigos en las áreas del erizo-lobo. Sonic recorre con suma rapidez los siete continentes sin apenas resentirse la tasa de cuadros por segundo y lo mismo puede decirse de cuando se enfrenta a las nutridas hordas de Dark Gaia tras la puesta de sol. Probablemente para conseguir estos objetivos se han sacrificado otros aspectos aparte de los mencionados inicialmente como pueden ser la física y los efectos, de lo más simples ambos. Por otro lado la labor realizada para ambientar adecuadamente las diversas zonas del planeta que visita Sonic es de resaltar, haciéndolas perfectamente identificables y pudiendo encontrar sin dificultad paralelismos con diversas localizaciones geográficas el mundo real como la Europa meridional o el oriente asiático.

En esta ocasión la saga parece dejar de lado, al menos momentáneamente, sus raíces rockeras y sus coqueteos con la música electrónica para apostar por unas melodías más orquestales. El reparto americano de la serie Sonic X continúa siendo el encargado de dar voz a los personajes; lo mejor del doblaje es sin duda que el actor encargado de interpretar habitualmente a Knuckles se haya tenido que ocupar de otros papeles.

La gran novedad jugable de esta entrega y que tanto dio que hablar durante los meses previos a su puesta a la venta es la aparición del erizo-lobo, con sus ataques cuerpo a cuerpo, sus brazos elásticos y su ritmo plataformero pausado, muy alejado del casi frenético Sonic de toda la vida. Pues bien, en esta versión del juego para PlayStation 2 (y también en la de Wii) el lado salvaje de la mascota de Sega es el que lleva el peso de la aventura, tanto en número de niveles como en tiempo de juego efectivo, abrumadoramente superior a los lapsos en los que manejamos al erizo en su encarnación tradicional.

El primer contacto con estos niveles nocturnos no resulta demasiado prometedor, tienden a ser insulsos y no hay posibilidad de mover la cámara, con los problemas que esto conlleva; además el sistema de combate parece limitarse a ser un mero machacabotones. Por fortuna van de menos a más (como todo el juego en general) su diseño mejora a medida que se visitan nuevos continentes hasta alcanzar una integración adecuada de la acción y las plataformas y una aceptable profundidad en el control durante los enfrentamientos, gracias a las nuevas habilidades y combinaciones que Sonic adquiere a medida que derrota enemigos, aunque para desembarazarse de buena parte de los rivales seguirá bastando con pulsar repetidamente puñetazo.

Las fases diurnas traen de vuelta una jugabilidad más o menos clásica, aunque alternando en esta ocasión las 3D y las 2D, basada en la velocidad y las plataf... bueno, realmente casi sólo en la velocidad. Sonic puede llegar a ir tan extraordinariamente deprisa que el poseer unos reflejos privilegiados (QTE incluidos) o una buena memoria en caso de fracasar en el primer intento, ayudarán bastante más para salir airosos de estas zonas que tener una gran precisión al saltar, aunque realmente suelen ser niveles bastante asequibles, aumentando ligeramente la dificultad en algunas misiones que obligan a conseguir un determinado número de anillos o llegar a la meta en un tiempo limitado; tan sólo Eggmanland, el último continente, pondrá un poco más a prueba el temple del jugador.

Los recorridos por las ciudades y la interactuación con sus habitantes que se pueden ver en las consolas de alta definición, han sido eliminados de un plumazo en esta versión y sustituidos por una vista "de postal" en de las mismas con una serie de casillas donde podremos ir a charlar con los lugareños e ir averiguando el próximo destino de Sonic, todo ello desarrollado mediante imágenes fijas. No deja de ser un mero artificio para dar sensación de no linealidad, pero tampoco está de más. Una lástima que no se haya implementado algo más cercano a lo existente en las HD.

El buen hacer del erizo al acabar las diversas fases será recompensado con medallas lunares (en las fases diurnas) o solares (en las nocturnas), tres como máximo en los niveles normales, por contra únicamente habrá una para las misiones que se obtendrá con sólo cumplirlas con éxito. Estas medallas no son imprescindibles para progresar en la historia, sino que dan acceso a unas salas secretas que se encuentran en los templos de Gaia existentes en cada país, dentro de las cuales, previa resolución de unos puzles de mayor o menor complejidad, habrá vidas, llaves que dan acceso a misiones secretas y otros extras de menor entidad como bocetos o melodías.

Si Sega buscaba dotar a las máquinas menos potentes de un juego de Sonic aseado, sin graves fallos pero tampoco sin muchas pretensiones (viendo los recortes que se han asumido en éstas es de suponer que no se aspiraba a más) hay que decir que lo ha conseguido. Bastante entretenido, con un buen manejo, probablemente el mejor de todos los Sonic tridimensionales, y una dificultad no demasiado exigente hasta los niveles finales. Si a esto sumamos una buena cantidad de misiones opcionales que se podrán encarar incluso una vez derrotada la amenaza de Dark Gaia alargando de forma interesante, y casi necesaria debido a la brevedad de la historia principal, la vida del juego, nos queda un título digno aunque harán falta más y mejores para restañar el maltrecho prestigio de la mascota.


TÉCNICA
7
GRÁFICOS
8
SONIDO
7
JUGABILIDAD
8
DIVERSIÓN
7
DURACIÓN
7
TOTAL
BUENO
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Otros análisis:
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Sobre las puntuaciones
Lo mejor: El mejor manejo de personajes de la serie desde que dio el salto a las 3D.
Lo peor: Tanto protagonismo del erizo-lobo puede decepcionar a algunos.

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